Suspensión

El sistema de suspensión se compone del conjunto de muelle y amortiguador. El muelle soporta el peso del vehículo y mantiene una altura de marcha y el amortiguador se encarga de controlar su movimiento. Este conjunto mecánico permite mantener las ruedas en contacto con el suelo, reducir las pérdidas de adherencia, absorber las irregularidades de la calzada independientemente de la carga y estabilizar el vehículo al reducir la velocidad, evitando el hundimiento y el aumento de la distancia de frenado.

  • El sistema de suspensión está formado por:
    • Bieleta: Es la pieza que permite que el amortiguador gire con la dirección.
    • Triángulo de suspensión. Une la rueda al chasis y permite su movimiento vertical.
    • Barra estabilizadora.Atenúa la inclinación de la carrocería en las curvas.
    • Silentblock suspensión.Une de forma elástica el triángulo de suspensión al chasis.
    • Rótula de suspensión.Permite el movimiento de todo el conjunto anterior.

Los amortiguadores se clasifican atendiendo a diferentes criterios:

  • Por su posición:
    • Delantero: Delantero izquierdo y delantero derecho.
    • Trasero: Trasero izquierdo y trasero derecho.
    • Portón.
    • Esferas de suspensión: En vehículos Citröen.
  • Por el tipo de cámara de comprensión:
    • Aceite o Estándar: Suspensión relativamente blanda indicada para una conducción convencional (vehículo familiar). Actualmente en desuso por su duración.
    • Gas: Suspensión rígida, una mayor estabilidad. Utilizado por todas las gamas de vehículo.
    • Reforzados: Similares a los amortiguadores de gas, y se indican especialmente sobre las gamas de vehículo Break.

El amortiguador es un elemento mecánico, cuya función fundamental es la de asegurar el contacto entre los neumáticos y el suelo, si está en un correcto estado se optimiza la eficacia en situaciones extremas como baches, badenes, apoyos en curva, frenadas o viento lateral; en consecuencia, se mejora la seguridad y confort de los ocupantes del vehículo.

 

Síntomas de desgaste

El conductor no suele ser consciente del desgaste paulatino de los amortiguadores, sin embargo, la degradación de la seguridad de conducción se está produciendo.

  • Pérdidas de aceite percibidas en el exterior del amortiguador.
  • Desgaste irregular de los neumáticos, con un alineado de dirección correcto.
  • Escaso agarre en curvas e inestabilidad de la dirección de ruta.
  • Desviación de la dirección de ruta a causa de viento lateral.
  • Rebotes excesivos después de haber superado baches pronunciados.
  • Distancias de frenado más largas de lo habitual.
  • Bajada pronunciada del “morro” del vehículo en frenadas fuertes.

Preguntas frecuentes

  • ¿Con qué frecuencia debo revisar la suspensión?

Si procuras que los amortiguadores de tu vehículo se mantengan en buen estado, conducirás de forma más cómoda y segura y prevendrás futuros problemas; el correcto funcionamiento de los amortiguadores implica que el desgaste de otras piezas, como rodamientos, neumáticos, o muelles de amortiguación, se produzca dentro de los parámetros definidos por el fabricante del vehículo.

No hay que olvidar que el sistema de suspensión influye de forma decisiva en el sistema de frenado, de dirección y de estabilidad del vehículo, por lo que se recomienda su revisión cada 20.000 kilómetros y su sustitución a los 80.000 kilómetros.

Se debe revisar la suspensión cuando:

  • Se sufren fugas de aceite.
  • Los neumáticos se desgastan irregularmente.
  • Se perciben vibraciones en los neumáticos al acelerar.
  • El vehículo se inclina sobre la parte frontal al frenar.
  • El vehículo se desplaza hacía la calzada en el trazado de curvas.
  • Aumenta la distancia de frenada.
  • Si se superan los 50.000 Km.
  • Se produce aquaplaning en superficies mojadas.
  • El conductor se fatiga en recorridos largos.

Consejos

  • Un simple control visual permite detectar una fuga de aceite en el cuerpo del amortiguador. Si hay algún elemento degradado, sustitúyelo lo antes posible.
  • Unos amortiguadores fatigados pueden provocar un desgaste anormal de los neumáticos.
  • Las vibraciones debidas al desplazamiento del vehículo en cualquier tipo de calzada pueden provocar un rápido deterioro de los elementos de suspensión. El buen estado de los amortiguadores es primordial para permitir una buena filtración de las vibraciones.
  • Cuando los amortiguadores son reemplazados, el vehículo debe ser alineado de nuevo con el fin de evitar que otras partes mecánicas se desgasten de manera anormal.
  • Los amortiguadores siempre se deben cambiar en parejas en cada eje para garantizar el equilibrio de su coche.
  • En ningún caso deben montarse amortiguadores de distintas marcas o tipos en el mismo eje.
  • No olvides que los amortiguadores son un elemento fundamental de seguridad activa
    de tu vehículo. Asegúrate de su correcto funcionamiento en todo momento.
  • Reducir la velocidad para superar obstáculos grandes en la carretera ayuda al correcto funcionamiento y longevidad del sistema. Si llevamos el coche muy cargado, deberíamos aminorar la velocidad de marcha. Es aconsejable intentar que la carga esté lo más equilibrada posible.
  • Es recomendable que observemos con frecuencia el desgaste de los neumáticos en ambos ejes, pues un desgaste irregular podría indicar que tenemos los amortiguadores en mal estado.